Description
Tenían tanto polvo las cortinas de aquella casa, que al mo-verlas se oye un estornudo. –¡Atchís. –¡Jesús. –Dijo Inés. –Gracias –respondió alguien detrás de ella. Pero aunque mira a su alrededor no vio a nadie. Estaba completamente sola en el Salón de la casa deshabitada, de aquella casa de la Q UE se decían tantas cosas, como lo de la habitación fantasma, que aparece y desaparecer….
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